Ayudemos a la Señora Belkys A Placencia Fernandez

Quien iba a pensar que el pasado domingo 29 de septiembre aproximadamente a las 12:30PM la vida nos iba a cambiar. La señora Belkys se encontraba en la cocina cuando de pronto se le cayó el celular de la mano, lo recogió y se le volvió a caer en seguida, ahí empezó nuestra pesadilla.

Llamamos al 911 porque además de perder toda la fuerza muscular, era incapaz de hablar, solo le salían lágrimas de desesperación. Desde ahí supimos que algo muy malo estaba pasando. Al momento de llegar al centro de salud parecía que estaba en otro planeta, no conectaba con nosotros cuando le hablábamos, no reaccionaba.

En cuestión de horas mediante estudios de imágenes confirmamos el diagnóstico que nos cambió la vida: Belkys había sufrido un accidente vascular encefálico agudo, lo que comúnmente todos conocemos como DERRAME CEREBRAL. Los doctores utilizaron todas las medidas medicamentosas para revertir el cuadro, pero al no ser posible, tuvo que ser llevada esa misma noche a cirugía, donde el neurocirujano encontró tres obstrucciones, pudiendo exitosamente remover dos, pero una le resultó imposible. Sin embargo, parte del daño en su cerebro ya estaba instaurado y era irreversible.

Tras la cirugía ha tenido que mantenerse en la unidad de cuidados intensivos bajo sedación y ventilación mecánica, es decir, con tubos en su boca y una máquina respirando por ella.

La verdad es que sí, la vida nos había cambiado en un cerrar de ojos, un domingo cualquiera.

Lamentablemente todo este inesperado evento nos sorprendió sin seguro médico, y la salud aunque no tiene precio para nosotros sus familiares, en nuestro país sí es cara. La cuenta al día de hoy (Octubre 5,2024), apenas 6 días después, ronda aproximadamente en RD$4,000,000 lo que equivale a casi US$60,000. Y nuestra querida Belkys todavía se encuentra en la unidad de cuidados intensivos, recuperando poco a poco la fuerza muscular, sin embargo, aun sin poder comunicarse y siendo alimentada por un tubo a través de su nariz.

Sabemos que es un camino largo el que ahora nos toca recorrer, pero no podemos hacerlo solos. Por eso con el corazón en la mano, por este medio nos dirigimos a todos nuestros amigos, familiares y cualquier empática y bondadosa persona, de gran corazón y sentido humano que sienta la buena voluntad de colaborar con este proceso. Gracias