Donate to help Paty fight Stage-4 liver cancer.

Conozcan a Paty, una madre casada con un corazón de oro y tres chicos increíbles a su lado: de 4, 5 y 7 años. La vida dio un giro inesperado el pasado junio cuando recibió unas noticias duras de pelar: cáncer de hígado en etapa 4. Sí, esas son las noticias que detienen el tiempo por un momento.

Pero aquí está la cosa sobre Paty: no le es ajeno luchar. Ya mandó al diablo al cáncer de colon, gracias a su determinación feroz y mucha fe. Y esa fe, déjame decirte, es lo que la mantiene en pie, lo que alimenta su impulso para hacer que cada día cuente.

Ahora, entre ser una mamá superhéroe y lidiar con el cáncer, a Paty le encanta dar una mano. Es la maga de la cocina en Roger Bacon College, una misión local en El Paso. Prepara comidas para los frailes y mantiene todo pulcro como si fuera una súper mujer. Y aunque los problemas de salud la han tenido en cama más tiempo del que quisiera, sigue siendo la mamá a la que recurren para todos los juegos deportivos de sus chicos y aventuras locas.

Imagina esto: Paty vitoreando a más no poder en los juegos de sus chicos, ondeando el dedo espuma más grande que hayas visto, y celebrando cada jonrón, touchdown y gol como si fuera el Super Bowl. Es una mamá que vive por esos momentos: los triunfos, los fracasos épicos y todo lo que haya en medio.

Pero los sueños de Paty van mucho más allá de las gradas. Tiene este deseo ardiente de criar a sus chicos como hombres de fe y liderazgo. Quiere que sean el tipo de hombres que marquen la diferencia en su comunidad, que le muestren al mundo lo que la amabilidad y la compasión pueden lograr. Y honestamente, eso es un legado por el que vale la pena luchar.

Aquí es donde entras tú y yo. El viaje de Paty no es solo suyo, es una historia compartida de resiliencia y esperanza. Unamos fuerzas para aliviar la carga financiera que trae consigo el tratamiento médico, para que Paty pueda concentrarse en lo que realmente importa: su salud, sus chicos y abrazar cada día nuevo.

Cuando apoyas a Paty, no solo estás dando dinero. Estás enviando un mensaje de solidaridad, mostrando que cuando la vida tira curvas, estamos juntos y respondemos. Tu contribución es una pieza de un rompecabezas más grande, uno que está creando un camino para que Paty vea a sus chicos crecer, perseguir sus sueños y convertirse en los hombres increíbles que ella sabe que serán.

Piénsalo: cada dólar que das, cada muestra de amor y ánimo que ofreces, es como agregar un trazo al lienzo del viaje de Paty. Se trata de permitirle seguir siendo esa mamá súper heroína, la que cocina sonrisas en la cocina y vitorea desde las líneas laterales.

Entonces, hagámoslo realidad. Seamos el viento debajo de las alas de Paty mientras lucha esta batalla con un corazón lleno de fe y un espíritu que se niega a ceder. Juntos, no solo estamos recaudando fondos; estamos levantando esperanza y estamos parados al lado de una mujer que encarna la fortaleza, el amor y el poder de nunca rendirse.

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Meet Paty, a married woman with a heart of gold and three amazing boys by her side – ages 4, 5, and 7. Life took an unexpected turn this past June when she got hit with some seriously tough news: stage 4 liver cancer. Yeah, that's the kind of news that stops time for a moment.

But here's the thing about Paty – she's no stranger to fighting. She's already kicked colon cancer to the curb, thanks to her fierce determination and a whole lot of faith. And that faith, let me tell you, it's what keeps her going, what fuels her drive to make every day count.

Now, in between being a mom superhero and battling cancer, Paty's all about giving back. She's the kitchen magician at Roger Bacon College, a local mission in El Paso. She whips up meals for the friars and keeps things spick and span – a regular wonder woman. And although health issues have had her on bed rest for longer than she'd like, she's still the go-to mom for all her boys' sports games and crazy adventures.

Picture this: Paty cheering her heart out at her boys' games, waving the biggest foam finger you've ever seen, and celebrating every home run, touchdown, and goal like it's the Super Bowl. She's a mom who lives for those moments – the triumphs, the epic fails, and everything in between.

But Paty's dreams stretch far beyond the bleachers. She's got this burning desire to raise her boys into men of faith and leadership. She wants them to be the kind of guys who make a difference in their community, who show the world what kindness and compassion can do. And honestly, that's a legacy worth fighting for.

Here's where you and I come in. Paty's journey isn't just her own – it's a shared story of resilience and hope. Let's team up to ease the financial load that comes with medical treatments, so Paty can focus on what matters: her health, her boys, and embracing each new day.

When you support Paty, you're not just giving money. You're sending a message of solidarity, showing that when life throws curveballs, we stand together and swing back. Your contribution is a piece of a larger puzzle, one that's creating a path for Paty to watch her boys grow up, chase their dreams, and become the awesome men she knows they'll be.

Think about it – every dollar you give, every bit of love and encouragement you offer, it's like adding a brushstroke to the canvas of Paty's journey. It's about enabling her to keep being that superhero mom, the one who cooks up smiles in the kitchen and cheers from the sidelines.

So, let's make this happen. Let's be the wind beneath Paty's wings as she fights this battle with a heart full of faith and a spirit that refuses to back down. Together, we're not just raising funds; we're raising hope, and we're standing tall beside a woman who embodies strength, love, and the power of never giving up.