Save Baby Valentina
Donation protected
(Valentina's story is presented first in Spanish and follows in English)
Actualizacion de la situacion con la Valentina
Valentina todavía está luchando por vivir y lo está haciendo con un tubo de alimentación en su estómago. Hemos intentado trasladarla al Hospital de maternidad para reducir nuestros costos, pero todavía no hay sitio en ese hospital y no la aceptarán. Así que por el momento, continúa en la Clínica Foinini. Estamos esperando que se desarrolle lo suficiente para que pueda tener la gran operación y tratar de conectar su espófago a su estómago. Ella tendrá que viajar a Argentina o Chile para una operación de este tipo. Le mantendremos informado de su estado. Nuevamente gracias desde el fondo de nuestros corazones por su ayuda.
Los fondos recaudados de las donaciones irán solo para pagar sus gastos médicos.
Demos a Valentina la oportunidad de vivir.
Valentina nació el 16 de enero de 2019 en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, tras cumplir 35 semanas de gestación. A los cinco meses del embarazo las ecografías mostraron señales preocupantes de alguna posible malformación en su sistema digestivo, debido a que en las imágenes de ultrasonido no se lograba distinguir el estómago, y a la vez mostraba signos de polihidramnios severo. Eso hizo sospechar a los médicos que podría estar formándose un tipo de Atresia esofágica, una rara enfermedad congénita que se presenta en cada 3.000 a 5.000 nacimientos.
Confiando en que podría tratarse de una de las formas de atresia más comunes y fáciles de tratar, sus padres tomaron todas las previsiones para enfrentar el problema, acompañando el complicado embarazo con gran fe y entereza, hasta que los médicos fijaron la fecha límite tolerable para realizar la cesárea, tras haber alcanzado un aceptable nivel de desarrollo fetal.
Semanas de zozobra e incertidumbre parecían haber quedado atrás; sin embargo, Valentina llegó a este mundo en un escenario mucho más complicado del esperado. Los primeros exámenes evidenciaron que se trataba de la Atresia esofágica 1, la más difícil de tratar quirúrgicamente debido a la total desconexión del esófago con el estómago, causando una severa atrofia de este último y afectando la función digestiva, intestinal y hepática, las cuales deben ser restituidas en un largo proceso de muchos días, e incluso semanas, de rehabilitación en terapia intensiva. Una vez se haya logrado poner en funcionamiento el sistema digestivo, se deberá encarar la opción quirúrgica más eficaz para superar la atresia: gradual elongamiento del esófago o elevación gástrica.
A los días de nacida, Valentina ha demostrando mucha fuerza y ganas de vivir. La bebé respira sola, su corazón funciona con normalidad y ha empezado a recibir leche materna por una gastrostomía.
Por tratarse de una muy rara enfermedad -la Atresia 1 se presenta solamente en el 7% de los casos de Atresia de esófago- debe permanecer en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatológicos mínimamente durante dos meses. Entre tanto, se está buscando la posibilidad de invitar a un equipo médico especializado de la Clínica Las Condes de Santiago de Chile, para realizar la primera operación (robótica) de Atresia 1 en Santa Cruz de la Sierra, debido a su mayor experiencia y avanzada tecnología, con la cual todavía no se cuenta en Bolivia. Esto, por otra parte, significaría una contribución importante para capacitar a cirujanos pediatras bolivianos en el uso de técnicas quirúrgicas de vanguardia.
Con un creciente nivel de gastos diarios cercanos a 1.000 dólares americanos en promedio, y que han sobrepasado la limitada cobertura del seguro médico privado por maternidad, la familia enfrenta actualmente una muy difícil situación económica para enfrentar los costos de tratamiento, hospitalización y sucesivas cirugías para salvar la vida de Valentina. Solo les queda la opción de apelar a la solidaridad de quienes puedan ayudarla a superar esta dramática llegada al mundo, separada del calor materno en una incubadora y sometida a procedimientos médicos invasivos a solo horas de haber nacido.
Sus padres, Jorge Eduardo Orías y Gabriela Belaúnde, junto a su primogénito, Leonardo, de dos años de edad, viven momentos de aflicción e incertidumbre, pero también de esperanza, luchando por todos los medios disponibles para darle a Valentina una oportunidad de vivir y crecer en un hogar que la espera con un inmenso amor.
Muchas Gracias!!
Kelly Clark Boldt - amiga de la familia en los eeuu
Jorge Eduardo Orias - padre
Gabriela Belaúnde - madre
Todo dinero recibido seria transferido a la familia en Bolivia cada semana.
ENGLISH
Update:
Valentina continues to struggle to live and is being fed through a feeding tube to her stomach. We are waiting until she develops more in order to have the operation to try to attach her esophagus to her stomach. She will need to be taken to Argentina or Chile for such an operation. We have been trying to move her to the Maternity Hospital in Santa Cruz, which is much less expensive than where she is now. However, there is no room in the Maternity Hospital and they won't allow her to be transferred there. Thank you so much for your generosity and your outpouring of support.
We will keep you updated on her status. The funds raised through donations go only to pay for her expensive medical bills. Thank you again!!!
Baby Valentina's Story:
Valentina Orias was born in Santa Cruz, Bolivia on January 16th with a rare congenital disease that occurs in every 3,000 to 5,000 births, "esophageal atresia," meaning that her esophagus was not attached to her stomach.
There were some indications at five months gestation that there might be a problem at birth. Trusting that it could be one of the most common and easy to treat forms of atresia, her parents took all the precautions to face the problem properly, accompanying the complicated pregnancy with great faith and fortitude. After having reached an acceptable level of fetal development the doctors performed a cesarean birth. Valentina came to this world in a scenario much more complicated than expected -- with Esophageal Atresia 1, the most difficult situation to treat surgically.
There was a total disconnection of the esophagus with the stomach, causing the stomach to be severely atrophied and affecting the digestive, intestinal and liver functions. The only way she will live is by restoring the digestive system through a very long process of rehabilitation in intensive therapy. Once the digestive system functions, the most effective surgical option must be addressed to attach the stomach to the esophagus. To treat this rare disease and the severity of it, Valentina must stay in neonatal intensive care for at least two months.
Meanwhile, the family is trying to get a group of specialist doctors from Chile to travel to Santa Cruz to perform the first robotic operation for this rare disease in Bolivia. Such as operation by these specialists would be a significant contribution to Bolivia because the Chilean medical team would have the opportunity to train doctors in Bolivia to perform this surgery. Currently, there is no specialist who can perform such a surgery in Bolivia.
Bolivia is the poorest country in South America. Even if a family is considered middle class, and both parents work, as Valentina's parents do, the $40,000 cost projected for Valentina's medical treatment is far beyond the reach of her parents or grandparents.
With daily expenses of nearly $1,000 dollars a day, which have surpassed the limited coverage of their private health insurance for maternity, the family currently faces a dire economic situation and can not pay the costs of treatment, hospitalization, travels and successive surgeries to save Valentina's life.
They only have the option of appealing to the backing of those who can help to overcome her dramatic arrival into the world, separated from the maternal contact in an incubator and subjected to invasive medical procedures just hours after birth.
Her parents, Jorge Eduardo Orías and Gabriela Belaúnde, along with her brother, Leonardo, two years old, are living moments of distress and uncertainty, but also of great hope, fighting with all available means to give Valentina a chance to live and to grow up in a home that awaits her with immense love.
They need your help to save Valentina!
Please donate what you can to make sure Valentina lives!
Donations received will be transferred to the family in Bolivia each week.
THANK YOU!
Kelly Clark Boldt - friend of the family in the US
On behalf of:
Jorge Eduardo Orias and Gabriela Belaúnde
Actualizacion de la situacion con la Valentina
Valentina todavía está luchando por vivir y lo está haciendo con un tubo de alimentación en su estómago. Hemos intentado trasladarla al Hospital de maternidad para reducir nuestros costos, pero todavía no hay sitio en ese hospital y no la aceptarán. Así que por el momento, continúa en la Clínica Foinini. Estamos esperando que se desarrolle lo suficiente para que pueda tener la gran operación y tratar de conectar su espófago a su estómago. Ella tendrá que viajar a Argentina o Chile para una operación de este tipo. Le mantendremos informado de su estado. Nuevamente gracias desde el fondo de nuestros corazones por su ayuda.
Los fondos recaudados de las donaciones irán solo para pagar sus gastos médicos.
Demos a Valentina la oportunidad de vivir.
Valentina nació el 16 de enero de 2019 en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, tras cumplir 35 semanas de gestación. A los cinco meses del embarazo las ecografías mostraron señales preocupantes de alguna posible malformación en su sistema digestivo, debido a que en las imágenes de ultrasonido no se lograba distinguir el estómago, y a la vez mostraba signos de polihidramnios severo. Eso hizo sospechar a los médicos que podría estar formándose un tipo de Atresia esofágica, una rara enfermedad congénita que se presenta en cada 3.000 a 5.000 nacimientos.
Confiando en que podría tratarse de una de las formas de atresia más comunes y fáciles de tratar, sus padres tomaron todas las previsiones para enfrentar el problema, acompañando el complicado embarazo con gran fe y entereza, hasta que los médicos fijaron la fecha límite tolerable para realizar la cesárea, tras haber alcanzado un aceptable nivel de desarrollo fetal.
Semanas de zozobra e incertidumbre parecían haber quedado atrás; sin embargo, Valentina llegó a este mundo en un escenario mucho más complicado del esperado. Los primeros exámenes evidenciaron que se trataba de la Atresia esofágica 1, la más difícil de tratar quirúrgicamente debido a la total desconexión del esófago con el estómago, causando una severa atrofia de este último y afectando la función digestiva, intestinal y hepática, las cuales deben ser restituidas en un largo proceso de muchos días, e incluso semanas, de rehabilitación en terapia intensiva. Una vez se haya logrado poner en funcionamiento el sistema digestivo, se deberá encarar la opción quirúrgica más eficaz para superar la atresia: gradual elongamiento del esófago o elevación gástrica.
A los días de nacida, Valentina ha demostrando mucha fuerza y ganas de vivir. La bebé respira sola, su corazón funciona con normalidad y ha empezado a recibir leche materna por una gastrostomía.
Por tratarse de una muy rara enfermedad -la Atresia 1 se presenta solamente en el 7% de los casos de Atresia de esófago- debe permanecer en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatológicos mínimamente durante dos meses. Entre tanto, se está buscando la posibilidad de invitar a un equipo médico especializado de la Clínica Las Condes de Santiago de Chile, para realizar la primera operación (robótica) de Atresia 1 en Santa Cruz de la Sierra, debido a su mayor experiencia y avanzada tecnología, con la cual todavía no se cuenta en Bolivia. Esto, por otra parte, significaría una contribución importante para capacitar a cirujanos pediatras bolivianos en el uso de técnicas quirúrgicas de vanguardia.
Con un creciente nivel de gastos diarios cercanos a 1.000 dólares americanos en promedio, y que han sobrepasado la limitada cobertura del seguro médico privado por maternidad, la familia enfrenta actualmente una muy difícil situación económica para enfrentar los costos de tratamiento, hospitalización y sucesivas cirugías para salvar la vida de Valentina. Solo les queda la opción de apelar a la solidaridad de quienes puedan ayudarla a superar esta dramática llegada al mundo, separada del calor materno en una incubadora y sometida a procedimientos médicos invasivos a solo horas de haber nacido.
Sus padres, Jorge Eduardo Orías y Gabriela Belaúnde, junto a su primogénito, Leonardo, de dos años de edad, viven momentos de aflicción e incertidumbre, pero también de esperanza, luchando por todos los medios disponibles para darle a Valentina una oportunidad de vivir y crecer en un hogar que la espera con un inmenso amor.
Muchas Gracias!!
Kelly Clark Boldt - amiga de la familia en los eeuu
Jorge Eduardo Orias - padre
Gabriela Belaúnde - madre
Todo dinero recibido seria transferido a la familia en Bolivia cada semana.
ENGLISH
Update:
Valentina continues to struggle to live and is being fed through a feeding tube to her stomach. We are waiting until she develops more in order to have the operation to try to attach her esophagus to her stomach. She will need to be taken to Argentina or Chile for such an operation. We have been trying to move her to the Maternity Hospital in Santa Cruz, which is much less expensive than where she is now. However, there is no room in the Maternity Hospital and they won't allow her to be transferred there. Thank you so much for your generosity and your outpouring of support.
We will keep you updated on her status. The funds raised through donations go only to pay for her expensive medical bills. Thank you again!!!
Baby Valentina's Story:
Valentina Orias was born in Santa Cruz, Bolivia on January 16th with a rare congenital disease that occurs in every 3,000 to 5,000 births, "esophageal atresia," meaning that her esophagus was not attached to her stomach.
There were some indications at five months gestation that there might be a problem at birth. Trusting that it could be one of the most common and easy to treat forms of atresia, her parents took all the precautions to face the problem properly, accompanying the complicated pregnancy with great faith and fortitude. After having reached an acceptable level of fetal development the doctors performed a cesarean birth. Valentina came to this world in a scenario much more complicated than expected -- with Esophageal Atresia 1, the most difficult situation to treat surgically.
There was a total disconnection of the esophagus with the stomach, causing the stomach to be severely atrophied and affecting the digestive, intestinal and liver functions. The only way she will live is by restoring the digestive system through a very long process of rehabilitation in intensive therapy. Once the digestive system functions, the most effective surgical option must be addressed to attach the stomach to the esophagus. To treat this rare disease and the severity of it, Valentina must stay in neonatal intensive care for at least two months.
Meanwhile, the family is trying to get a group of specialist doctors from Chile to travel to Santa Cruz to perform the first robotic operation for this rare disease in Bolivia. Such as operation by these specialists would be a significant contribution to Bolivia because the Chilean medical team would have the opportunity to train doctors in Bolivia to perform this surgery. Currently, there is no specialist who can perform such a surgery in Bolivia.
Bolivia is the poorest country in South America. Even if a family is considered middle class, and both parents work, as Valentina's parents do, the $40,000 cost projected for Valentina's medical treatment is far beyond the reach of her parents or grandparents.
With daily expenses of nearly $1,000 dollars a day, which have surpassed the limited coverage of their private health insurance for maternity, the family currently faces a dire economic situation and can not pay the costs of treatment, hospitalization, travels and successive surgeries to save Valentina's life.
They only have the option of appealing to the backing of those who can help to overcome her dramatic arrival into the world, separated from the maternal contact in an incubator and subjected to invasive medical procedures just hours after birth.
Her parents, Jorge Eduardo Orías and Gabriela Belaúnde, along with her brother, Leonardo, two years old, are living moments of distress and uncertainty, but also of great hope, fighting with all available means to give Valentina a chance to live and to grow up in a home that awaits her with immense love.
They need your help to save Valentina!
Please donate what you can to make sure Valentina lives!
Donations received will be transferred to the family in Bolivia each week.
THANK YOU!
Kelly Clark Boldt - friend of the family in the US
On behalf of:
Jorge Eduardo Orias and Gabriela Belaúnde
Organizer
Kelly Clark Boldt
Organizer
Chapel Hill, NC