Help Our Little Warrior Agustín

On February 15, 2024, Alejandro and I received news that would change our lives: I was 18 weeks pregnant. It was completely unexpected, as I had no symptoms, was on birth control, and had grade 3 endometriosis. However, we embraced the surprise with joy and hope, wishing for everything to go well.

At the end of March, our joy was overshadowed by complications. I started experiencing sporadic bleeding, which led to constant hospital visits. Each trip was an emotional roller coaster, filled with fear and uncertainty.

April 10 was an especially difficult day. I had heavy bleeding, the first clear sign that something was wrong. We were terrified knowing that this could put both my life and the baby's at risk. After a thorough evaluation, the doctors advised us that, given the severity of the situation, it was crucial to be in a place where we could receive constant and specialized medical care.

We decided to return to Chile due to the high costs of a high-risk pregnancy and potential premature birth in Australia. Preparing for the trip was not easy. We quickly started organizing our belongings and making necessary arrangements, all while dealing with the constant worry about my health and the baby's.

On April 16, I was hospitalized due to intense bleeding. The doctors told us that it wasn't safe to fly unless I went more than 24 hours without bleeding. This news filled us with anxiety, as each day in the hospital was an emotional and financial challenge.

On April 17, we bought tickets to travel to Chile on April 25, hoping that my condition would improve soon. Miraculously, the bleeding stopped on April 20, and I was discharged on the afternoon of April 21. We felt a spark of hope, but that same night I had to go back to the emergency room because my water broke and I started bleeding again. On April 22, I was readmitted to the hospital, and this time the situation was more critical than ever.

Finally, after several attempts by the doctors to delay the birth, our little warrior, Agustín, came into the world on the morning of April 24, at 27 weeks gestation. It was an extremely premature birth and since then he has been fighting for his life in the intensive care unit at the Royal Women's Hospital. Every day is a battle, and every small progress is celebrated as a great victory.

The stress and anguish of being in the hospital daily have made it impossible to focus on studies and work. Our daily routine has drastically changed, and our priorities are now completely centered on Agustín's health and well-being. We live on a constant emotional roller coaster, with moments of hope and others of despair, as the financial burden is enormous, averaging $4000 AUD a day.

The support of our families and friends has been crucial during these difficult times. They have helped us not only emotionally but also with daily tasks and medical paperwork. Without them, this experience would have been even more overwhelming.

Unfortunately, our student visa only allows part-time work, and our insurance doesn't cover us because we don't meet the seniority requirements, which has added an additional financial burden to an already difficult situation. Moreover, only Alejandro is working, making it even more challenging to cover all the expenses.

That's why we are reaching out to you, friends, family, and kind-hearted people, to help us cope with these medical costs and ensure that Agustín receives all the care he needs.

The funds raised will be used to pay for a family insurance plan and a supplementary one that provides us with greater coverage, as well as the hospital and delivery bills. They will also help cover part of other expenses we have not been able to meet due to our low income at the moment (college's tuition, rent, etc.).

Any help, no matter how small, will be immensely appreciated and will bring us one step closer to having our little warrior at home.

Thank you from the bottom of our hearts!

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El 15 de febrero de 2024, Alejandro y yo recibimos una noticia que nos cambiaría la vida: estaba embarazada de 18 semanas. Fue completamente inesperado, ya que no había tenido ningún síntoma, estaba en tratamiento anticonceptivo además de tener endometriosis grado 3. Sin embargo, abrazamos la sorpresa con alegría y esperanza, deseando que todo marchara bien.

A finales de marzo, nuestra alegría se vio empañada por complicaciones. Empecé a experimentar sangrados esporádicos, lo que nos llevó a constantes visitas al hospital. Cada ida y venida era una montaña rusa emocional, llena de miedo e incertidumbre.

El 10 de abril fue un día especialmente difícil. Tuve un sangrado abundante, la primera señal clara de que algo malo estaba ocurriendo. Nos llenamos de terror al saber que esto podía poner en riesgo tanto mi vida como la del bebé. Después de una exhaustiva evaluación, los médicos nos aconsejaron que, dada la gravedad de la situación, era crucial estar en un lugar donde pudiéramos recibir atención médica constante y especializada.

Decidimos regresar a Chile debido a los altos costos de un embarazo de alto riesgo y un posible parto prematuro en Australia. No fue fácil preparar el viaje. Rápidamente empezamos a ordenar nuestras cosas y hacer los arreglos necesarios, todo mientras lidiábamos con la preocupación constante por mi salud y la del bebé.

El 16 de abril, fui hospitalizada debido a una hemorragia intensa. Los médicos nos dijeron que no era seguro volar a menos que pasara más de 24 horas sin sangrado. Esta noticia nos llenó de ansiedad, ya que cada día en el hospital era un desafío emocional y financiero.

El 17 de abril compramos boletos para viajar el 25 de abril a Chile, con la esperanza de que mi condición mejorara pronto. Milagrosamente, el 20 de abril el sangrado se detuvo y me dieron de alta el 21 de abril por la tarde. Sentimos una chispa de esperanza, pero esa misma noche tuve que acudir nuevamente a urgencias porque rompí bolsa y comencé a sangrar otra vez. El 22 de abril me volvieron a ingresar al hospital, y esta vez la situación estaba más crítica que nunca.

Finalmente, después de varios intentos de los doctores por retrasar el nacimiento, nuestro pequeño guerrero, Agustín, llegó al mundo el 24 de abril en la madrugada, a las 27 semanas de gestación. Fue un nacimiento prematuro extremo y desde entonces ha estado luchando por su vida en la unidad de cuidados intensivos del Royal Women's Hospital. Cada día es una batalla, y cada pequeño avance es celebrado como una gran victoria.

El estrés y la angustia de estar diariamente en el hospital han hecho imposible concentrarnos en los estudios y el trabajo. Nuestra rutina diaria ha cambiado drásticamente, y nuestras prioridades ahora están completamente centradas en la salud y el bienestar de Agustín. Vivimos en una constante montaña rusa emocional, con momentos de esperanza y otros de desesperación, ya que la carga financiera es altísima, promediando los $4000 dólares diarios.

El apoyo de nuestras familias y amigos ha sido fundamental en estos momentos difíciles. Nos han ayudado no solo emocionalmente, sino también con las tareas diarias y los trámites médicos. Sin ellos, esta experiencia habría sido aún más abrumadora.

Desafortunadamente, nuestra visa de estudiante solo permite trabajar tiempo parcial y nuestro seguro no nos cubre porque no cumplimos con la antigüedad, lo que ha añadido una carga financiera adicional a esta ya de por sí difícil situación. Además, solo Alejandro está trabajando, lo que hace aún más complicado cubrir todos los gastos.

Es por eso que recurrimos a ustedes, amigos, familiares y personas de buen corazón, para que nos ayuden a sobrellevar estos costos médicos y a asegurar que Agustín reciba toda la atención que necesita.

Los fondos reunidos serán utilizados para costear un seguro familiar y uno complementario que nos brinde mayor cobertura, además de las facturas de la hospitalización y parto. También se destinarán a cubrir parte de otros gastos que no hemos podido solventar debido a nuestros bajos ingresos en estos momentos (colegiaturas, renta, etc.).

Cualquier ayuda, por pequeña que sea, será inmensamente apreciada y nos acercará un paso más a tener a nuestro pequeño guerrero en casa.

¡Gracias de todo corazón!