OZONOTERAPIA COMPASIVA: DONA PARA AYUDAR A MÓNICA
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Desde nuestra asociación Units per la Veritat queremos ayudar a Mónica a saldar la deuda que tiene con nosotros después de la terrible vivencia que tuvo, con relación a la ozonoterapia y el abusivo trato hospitalario recibido. En agosto del 2021, nuestro abogado Víctor Morales consiguió el auto de una jueza de Barcelona para que se le aplicara dicho tratamiento compasivo al padre de Mónica.
Aquí tenéis su relato en primera persona y también el enlace a una entrevista que nos hicieron, a Mónica y a mí, sobre todo lo sucedido:
RELATO EN PRIMERA PERSONA:
"Me encantaría decirte que con tu ayuda podrás salvar una vida y luchar contra un sistema sanitario corrupto cuya prioridad nunca fue el bienestar y la vida de las personas. Pero lo cierto es que los hechos que voy a relatarte sucedieron en el mes de agosto de 2021…
Mi padre era un autónomo que a sus 69 años había cotizado quince años de más que de nada le sirvieron para subir su cuota de pensión de jubilación. Trabajaba media jornada y la otra había empezado a cobrar la mitad de su pensión. Tenía planeado jubilarse en septiembre, pero su vida dio un giro inesperado de la noche a la mañana cuando él y su novia dieron positivo a esa prueba invasiva y de diagnóstico impreciso llamada PCR que entre otras cosas, contiene óxido de etileno, sustancia altamente tóxica.
Tras una breve inspección en cribaje, ambos fueron confinados en el domicilio de su pareja en la ciudad de Barcelona con una receta de Paracetamol bajo el brazo. Su novia se había vacunado un mes antes, mientras que papá decidió por voluntad propia no someterse a tal experimento. Durante dos días yo le llevaba CDS y papá estuvo tomando el Protocolo Frecuente pautado por Andreas Kalcker. Mientras usó el dióxido de cloro, papá estaba bien, fatigado y en estado gripal, pero bien. El tercer día se terminó el CDS y yo le conseguí rápidamente MMS, que es más fuerte y agresivo para el estómago. Papá hizo la disolución y se lo tomó demasiado concentrado, hecho que le provocó un vómito instantáneo. Personalmente sé que el vómito es una de las vías del cuerpo para expulsar toxicidad, así que no me pareció un síntoma preocupante. Pero su novia, vacunada y fiel seguidora de TV3, empezó a acusarme de estar matando a mi padre a gritos.
Aún recuerdo como si fuera ayer a mi padre apoyado en el dintel de la puerta diciéndole a esa señora que era culpa suya, por haberse equivocado en la dosis. Papá me dijo que ya no tomaría más MMS para que la señora no se enfadara, a pesar de mis súplicas y advertencias. Tal y como le avisé, en menos de 12 horas, cuando el dióxido de cloro dejó de estar presente en su sangre, papá empezó a ahogarse y fue acompañado a traición al CAP del barrio. Desde allí, llamaron a una ambulancia para su ingreso inmediato en el Hospital del Mar de Barcelona.
Una vez ingresado, lo aislaron en la UCI y sólo le permitían comunicarse con la señora. Cuando yo llamaba al hospital, siempre me decían que el señor había dicho explícitamente que sólo quería hablar con su mujer. Matizo que esa señora no aparece en ningún papel y que nunca creí que tal afirmación fuera cierta. Así pasé un calvario de seis días intentando comunicarme con mi padre, que sólo alcanzó a mandarme algún WhatsApp los primeros días. Así que me tocó mendigar información a la señora para tener noticias de mi padre. Los médicos decían que se trataba de un caso muy grave de la sintomatología que ellos llaman COVID y que su tratamiento consistiría en estar dos meses en coma sedado e intubado. Sólo antes de sedarle, el día 6 de agosto, me dejaron hacer una videollamada de cinco minutos con él para despedirnos.
Mientras tanto, usé los poderes notariales recíprocos que teníamos con papá desde la muerte de mi madre en 2008. Poderes en mano, y tras leer e informarme sobre los beneficios de la ozonoterapia, solicité su uso compasivo como terapia complementaria. El mismo día que pasaba por registro dichos papeles, la dirección del hospital derivó a mi padre a la Clínica Corachán de Barcelona. Las sincronías del universo confabularon para que pudiera presenciar cómo lo bajaban de la ambulancia, era el primer día que lo tenían boca arriba desde la inducción al coma.
Volví a solicitar dicha ozonoterapia en la clínica y tardaron un día en responder con una negativa, adjuntando un documento Word sobre los Protocolos COVID del Institut Català de la Salut, cuya última fecha de modificación databa de ese mismo día. El documento especificaba la nocividad del ozono y lo presentaba como un producto biocida (me pregunto qué es un antibiótico sino un biocida), desaconsejando totalmente su uso en pacientes COVID. Además, dicha clínica privada, que en su página web tiene la ozonoterapia ofertada como servicio, retiró dicho tratamiento de su cartera.
Cuando conseguí que me entregaran la negativa por escrito yo ya había contactado con Víctor Morales, abogado de Units per la Veritat, y había empezado un procedimiento judicial por medidas cautelarísimas contra el ICS debido a la gravedad del estado de salud de mi padre. La jueza suplente tuvo a bien respetar la Ley de Autonomía del Paciente y autorizar mi petición vía orden judicial. Así fue cómo conseguimos que aprobaran las medidas cautelarísimas de uso compasivo de ozonoterapia como terapia complementaria.
La doctora especialista en ozonoterapia, Rosa Narros Jiménez, viajó desde Sevilla para atender a mi padre. Como no vacunada, la clínica puso problemas para dejarla entrar y solicitó una prueba PCR negativa. Se reunió con el director de la clínica y consiguió que le dejara probar las conexiones de la máquina de ozono, oportunidad que ella aprovechó para suministrarle a escondidas una gran dosis de glutatión a mi padre y una sanación energética, tras lo cual, al día siguiente mi padre había experimentado una mejoría clínica, a pesar de que su vida seguía corriendo peligro.
Al día siguiente Brigitte, la presidenta de Units, tuvo que llamar a los Mossos d’Esquadra para que dejaran entrar a la doctora a la UCI a aplicar la ozonoterapia. Cabe destacar el enorme desconocimiento de las fuerzas de seguridad ante tales situaciones. Me parece indignante que con una orden del juez no facilitaran la entrada en la UCI. Esa única sesión se produjo de 24 a 1 am, tras un día de lucha intensa. Los datos de la mejoría clínica están registrados y a disposición de quien tenga conocimiento médico para valorarlos. Pero la dirección de la clínica tenía un objetivo claro, evitar que trascendiera que el ozono cura, que las subvenciones de Pfizer peligrarían en caso contrario.
La doctora Narros habló con el jefe de la UCI para advertirles de que papá tenía una infección en el riñón que no estaban teniendo en cuenta. En lugar de hacer honor al juramento hipocrático del Código de Deontología Médica, la dirección sirvió al vil metal y dio la orden de desconectar la máquina de hemodiálisis de mi padre, alegando que, ya que mi padre estaba mejor, querían ver si sus órganos ya trabajaban por sí mismos. Y obviamente no, tras la desconexión, todo el cuerpo de mi padre se reinfectó de bacterias provocadas por las vías y la traqueotomía y empezó un proceso de sepsis que lo condujo a la muerte. No dejaron entrar nunca más a la doctora Narros a la UCI alegando que su PCR había caducado y podía ser un foco de infección asintomático. En cambio, yo entré en la UCI sin PCR para poder presenciar la agonía de papá. Sólo me dejaron entrar menos de una hora, lo justo para que una periodista de TV3 disfrazada de médico sacara unas fotografías para la noticia (¿o debería decir propaganda?). Como Licenciada en Comunicación Audiovisual soy perfectamente consciente de que este hecho también es denunciable. Pero estoy cansada, exhausta de tanta lucha. Me duele la corrupción y manipulación en profesiones como la médica o periodística, ambas con una deontología de la que nadie parece acordarse. Adjunto el link a la noticia, porque Internet no olvida:
https://www.ccma.cat/324/el-jutjat-que-va-autoritzar-el-tractament-amb-ozo-a-barcelona-en-revoca-ara-el-permis/noticia/3116139/
Si has llegado hasta aquí, te doy las gracias por escucharme y te pido ayuda para sufragar los gastos del periplo antes expresado y así poder saldar mi deuda con UNITS PER LA VERITAT. Luché hasta el final por la vida de mi padre como David contra Goliat y seguiré luchando en mi camino de vida para que la verdad salga a la luz.
Doy las gracias a la doctora Rosa Narros por intentar establecer una colaboración con el equipo de médicos de la clínica e intentar salvar la vida de mi padre.
Doy las gracias a los abogados de UNITS, Víctor Morales y Eva Manich, por todo el apoyo recibido, y especialmente a Brigitte, quien me acompañó en todo momento y puede dar fe de que lo aquí expuesto no es ninguna exageración.
Al sistema se le gana en cada pequeño acto de resistencia, porque en tanto que hombres y mujeres libres no podemos permitir que se nos trate como ganado.
Mònica Planas Esteve"
Las cantidades que nuestra Asociación, con la aprobación de los socios, le adelantó a Mónica, se gastaron en los siguientes conceptos:
Abogado: 242,00 €
Procurador: 200,00 €
Medicación: 299,52 €
Terapia ozono: 1.000,00 €
Ave Sevilla-Barcelona: 186,00 €
Vueling BCN-Sevilla: 67,49 €
Hospedaje: 163,49 €
Dietas: 94,03 €
Taxi: 36,00 €
Parking: 45,80 €
Sumando la comisión que se queda la plataforma del Crowdfunding, necesitaríamos unos 2.500,00 €.
Todas las donaciones recibidas se ingresarán directamente en la cuenta bancaria de nuestra Asociación.
Agradecemos a todos los donantes su generoso apoyo.
Brigitte Burchartz,
Presidenta de la asociación Units per la Veritat
Organizer
Brigitte Burchartz
Organizer
Esplugues de Llobregat, CT